viernes, 6 de junio de 2008

Meliora latent

En "Macbeth", del principio al final, domina el pensamiento de la destrucción: "Sólo tiene vida en mí lo que aún no existe", dice Lord Macbeth a Banquo cuando comienza a pensar en "cargarse" al rey Duncan, y declara a Lady Macbeth, cuando debe eliminar a Banquo: "Sólo el crimen puede consumar lo que ha empezado el crimen". Supongo que en todo este trayecto hay un momento en que no se discierne el porvenir -"el día siguiente"-: "Yo soy inaccesible al miedo. Tengo estragado el paladar del alma"..."Esa engañosa palabra mañana, mañana, mañana, nos va llevando por días al sepulcro, y la falaz lumbre del ayer ilumina al necio hasta que cae en la fosa". Resulta estimulante saber que en el drama el espía anuncia inmediamente después de estas palabras que ha visto "marchando al bosque de Birnam", signo de la derrota de Macbeth, según profetizaron las brujas. Adiós Macbeth, quien se despide con un alentador deseo: "anhelo que el orbe se confunda", para morir por la espada de Macduff, quien fue arrebatado de las entrañas de su madre muerta, y por ello estaba facultado para matar a Macbeth, pues nadie "nacido de mujer" podía hacerlo, pero sí Macduff nacido "antes de tiempo".

Otra vez, en Dunsinania, la "puerta del Mesías". ¿Cómo distinguir el "pleno ahora" de la "promesa oculta" de "mañana"?.

Macbeth dice una verdad: la senda de la fosa es alumbrada por el "pasado". Pero, hay un "ayer" singular, el de Macduff, quien por un designio revelado en el momento preciso (en el dichoso "instante") puede decir "mañana". No sabemos ni el día ni la hora, y la gracia está llegando siempre. Meliora latent.

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