domingo, 13 de enero de 2013

Sine ira et studio, sine spe.

“Cuanto más envejezco yo misma, más constato que la infancia y la vejez, no sólo se juntan sino que son también los dos estados más profundos que nos es dado vivir. La esencia de un ser se revela en ellos, antes o después de los esfuerzos, aspiraciones o ambiciones de la vida (...) Los ojos del niño y los del viejo miran con el tranquilo candor de quien aún no ha entrado en el baile de máscaras, o bien de quien ha salido ya. Y todo el intervalo parece un tumulto vano, una agitación en el vacío, un caos inútil, y uno se pregunta por qué ha tenido que pasar por él.”

Marguerite Yourcenar, Archivos del Norte.


Así estamos, sosteniendo el paso de baile un rato más...
Comenzaré este año del Señor de 2013 con el deseo de encontrar un lugar de silencio, un espacio interior sin perturbación, sine ira et studio, como Tácito prescribía para alcanzar el buen juicio, et sine spe, sin el denso velo de la expectación, como enseñaba Spinoza...me bastaría con una esperanza humilde, como dice el tango, la del pleno y modesto presente.