viernes, 20 de julio de 2007

El descanso del entendimiento

"Finjamos que soy feliz triste pensamiento un rato/ séame el entendimiento alguna vez de descanso", Sor Juana, ya se sabe.
Me resulta familiar que el entendimiento sea el cómplice para el descanso, a la hora de la verdad la inquietud del entendimiento tiene su raíz en el corazón, el centro del mundo anímico.
El entendimiento finje o puede hacerlo, no el corazón, de allí que el lugar de la verdad esté en él, de ahí, igualmente que la verdad no sea simple, ni el corazón un problema domésticamente sentimental.
El demonio del mediodía, decían los padres del desierto, anida en el corazón, en el ánimo que no halla quietud y no puede estar consigo. Por eso, la paz es el resultado de un combate en el que el entendimiento trabaja lateralmente, a lo sumo es el aliado provisional para los descansos, con y sin fingimientos.
El corazón encuentra su medida en lo abierto, cuando los lazos que lo unen a las cosas de este mundo se muestran. Finalmente, las fuerzas que constituyen nuestra vida se revelan en las tensiones, las tramas, esas que labran sus objetos en la facticidad de su combinación, dando lugar al enigmático pronombre: yo.
Otra vez, la paz se encuentra "toda ciencia transcendiendo", según enseñaba Fray Juan de la Cruz, no ignorando, trascendiendo, ensayando el salto...

jueves, 12 de julio de 2007

Jean d'Arc

Dilemas del nombre, ¿quién es Jean, la de Arco, nacida en Domremy, la doncella prometida al reino de Francia, la virgen de Lorena?.

¿Quién la condenada, la triunfante, la que escucha la voz del Altísimo, la jovencita de una verde mañana luminosa, aquella que fue doblemente alcanzada por la espada? ¿La que fue pasada por el fuego, la que recuerda el santoral?
La ilusión de un nombre propio, o el trabajo de darse un nombre sólo por vivir, por durar -y ése es todo el trabajo-.
Como aquella otra Juana, la décima Musa, la monja letrada del México virreynal.
Entiendo que estas mujeres encontraron su nombre desconocido en una piedrecita blanca, en un desliz del tiempo sucesivo, en una tarde mediterránea o en una noche bajo el cielo abierto de la Nueva España. Una forma de la referencia fue hallada en los filos divergentes de la espada, en el cóncavo claroscuro del patio claustral.
"Divino y humano junto", diría Fray Juan. Dilemas del nombre inicial, encantos del viviente con historia.

Va un poema, para aclarar en otra luz:

Aquí afuera

"Abre la puerta y camina
Aquí afuera
En la nitidez salina de lo real"

Sophía de Mello Breyer. (Trad. Diana Bellessi)

lunes, 9 de julio de 2007

Silencio

Más abajo el comienzo de la Edda Mayor, que cuenta con una sección mitológica y otra épica. La primera es llamada Völuspa, y allí encontramos el canto de la Vala, profetisa que nos habla de los hechos iniciales del mundo. a versión en inglés moderno fue realizada por Benjamin Thorpe, en 1864, del antiguo noruego e islandés. Esta Edda es conocida también como la Saga de Saedmundar, el Conocedor -The Edda Of Sæmund The Learned-, ilustre recopilador de los cantos édicos. Hay una versión en español publicada, y aquí va mi versión de estos versos:
La profecía de la Vala:
Ruego silencio a todos
los sagrados niños,
grandes y pequeños,
hijos de Heimdall
lo harán pues contaré,
los hechos de los Padres antiguos,
aquello que los hombres ancianos vieron,
yo lo recuerdo mejor.
La potencia evocadora del principio parece aquí más eficaz que la visión directa. Otra vez la memoria le da escena al pasado sin tiempo, o al tiempo inaugural del sentido, en el que los grandes hechos son contados en clima de respetuoso silencio.Y es Saedmundar, vulgarmente llamado el Conocedor -volgo Froda, aclara la edición de Copenhagen-, el dedicado recolector de las palabras que la Vala, poeta vidente peregrina, cantaba allí donde el fuego hospitalario le diera cobijo.Cuando principia cualquier jornada es posible dar sustancia a lo que indica la convención del caledandario trayendo el recuerdo de las grandes cosas, de las cuestiones iniciales a cuyo abrigo volvamos a escuchar palabras con materia, y para eso, pido silencio.

Comienzo escandinavo. La profecía de la Vala

Supondré que este espacio es un cuaderno de notas -de algunas-, sin pretender lectores sufridos, y con un poco de curiosidad por los efectos cerebrales de la dispersión cibernética. SEA.
Vale comenzar por los inicios, citemos entonces a los felices -sin desgracia- escandinavos:
De la Völuspa, la profecía de la Vala:
The Vala´s Prophecy
For silence I pray all
sacred children,
great and small,
sons of Heimdall
they will that I Valfather´s
deeds recount,
men´s ancient saws,
those that I best remember.
De la Edda Sæmundar Hinns Froða.