“Dichosos todos aquellos que creen
y acaban sus vidas, como el emperador Manuel Commeno,
modestamente revestidos de su fe.”
Konstantinos Kavafis
Son aires boreales
venales figuras, toda luz.
Desciende la piedra a la blancura,
soporta el latrocinio de los dioses.
Los laberintos no son para el enigma.
Son lúbricos espejos del alma de los hombres;
Pitágoras lo ha dicho:
No hay confusas murallas ni frívolos ardides.
Los laberintos son para el coraje, el miedo
y la muerte.
Cobijan sus muros el paso invencible,
la resuelta trama de mi sangre
Y en el senda rectilínea del madero,
la tenaz demora de los días
su desierta plenitud de firmamento.
Lo demás, sólo es amor.
FD
No hay comentarios:
Publicar un comentario