miércoles, 7 de marzo de 2012

Nepsis

Por la tarde de hoy leí el elogio fúnebre que Pierre Hadot hace de André-Jean Festugière, extraordinario estudioso de la Antigüedad.
Hadot se mueve con soltura en un género, la oración fúnebre, caro a los franceses. Entre las muchas observaciones de interés que hay en el escrito, Hadot hace notar la soledad de la tarea intelectual de Festugiére, motivada, en aquel momento, por su creciente dedicación a pensadores o tendencias filosóficas y religiosas consideradas "menores". 
En esa línea describe el modo de trabajo de Festugière, resaltando su devoción extrema por la precisión en sus estudios, y a modo ilustrativo, recuerda el siguiente comentario del helenista francés: "Dios puede estar en una iota suscrita". 
Me quedé pensando que ésta es una de las mejores apreciaciones acerca del problema del "lugar" de lo divino, de las formas de su "advenimiento" que he escuchado -leído- en mucho tiempo, y que resume, de manera magistral, las implicancias de lo que Simone Weil entendía por attente, la atención como espera, apertura, vigilancia: nepsis. 
En sus propias palabras: "Les biens les plus précieux ne doivent pas être cherchés, mais attendus". Esperar intensamente lo que no podemos conseguir, pues sólo puede ser recibido.


Nota:  En la fotografía de conjunto de los frailes novicios dominicos en 1924, Festugière es el primero de la derecha, en la parte inferior. 


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